¿Música en el colectivo?

Buenas buenas para todos los lectores de esta Web! Como es que les va? Primero les cuento que mi columna no salió el martes como es costumbre, porque ayer tuve uno de esos días… como cuando te dicen: “hoy te levantaste con la luna”, sinceramente no se porque le echamos la culpa a la luna pero bueno en fin… un día complicado, negativo, por lo cual si la lógica me acompaña puedo predecir que hubiera escrito un mal post! Así que preferí, con el consentimiento del dueño de casa, demorar el post antes que escribir cualquier cosa! Ojo! Esto no quiere decir que lo que escriba hoy no pueda llegar a ser cualquier cosa, sin embargo intentaré que sea más que eso.

Hoy a la mañana estaba viajando para la facultad cuando de repente comencé a observar a mi alrededor y noté que la mayoría de las personas que viajaban iban escuchando música, con esos aparatitos chiquitos… como es que se llaman… bueno no importa esos para los mp3, no soy muy buena con la tecnología!

A razón de esto, es que me puse a pensar que obviamente más allá de que te puede gustar escuchar música, el hecho de estar prendido a un aparatito de estos… con los oídos tapados exclusivamente con el sonido de la música, bien puede pensarse que es una buena forma de evadirse de la realidad, alejándose de los demás. ojo! Con esto no quiero hacer crítica alguna ni mucho menos, yo también escucho música cuando viajo en el colectivo y nunca me había puesto a pensar si era o no una forma de evadirse, retirando la atención de nuestro vertiginoso ritmo cotidiano. Sin embargo el hecho de observar atentamente a las demás personas me hizo pensar que esta hipótesis podía tener cierto grado de veracidad, noté que la expresión de los rostros de las personas que iban escuchando música era muy distinta a las del resto, algunos hasta llegaban a tener el sonido tan alto que dejan de percibir dentro de su campo sensorial cualquier otro sonido que no sea ese.

Un episodio que ocurrió en ese momento en el colectivo reafirma esta hipótesis que comencé a formular minutos antes, en la mitad del camino subió una pareja de personas mayores al colectivo… el hombre se adelantó y  apartó un lugar (muy poco caballero! pero eso no viene al caso…) mientras la mujer buscaba las monedas dentro de su cartera para poder sacar el boleto, aunque esto tampoco aporta nada al relato… dejemos claro una critica constructiva: una de las cosas que hacen a una persona mejor viajante de colectivo es el hecho de tener preparadas las monedas antes de subir al colectivo! No cuesta mucho y evita el congestionamiento! Sea buen viajero y cumpla!

Bueno volviendo a la experiencia… donde estaba… ah si! La mujer buscaba en su cartera… cuando de repente le gritó al marido que no tenía su billetera en la cartera y que le habían robado antes de subir sin que ella se diera cuenta; el hecho es que el marido se desplazó de una punta a la otra del colectivo hablando en un tono de vos alta haciendo comentarios que muy bien no se entendían pero parecían quejas y en ese momento bajaron del colectivo.

Mientras transcurría todo esto la gran mayoría de los que estábamos en el colectivo reaccionamos con algún gesto o una mirada que buscaba saber que ocurría, ya que escuchábamos las quejas y veíamos como se movía el señor de un lado al otro, sin embargo de las 5 personas que estaban escuchando música 3 no se percataron de este acontecimiento. Esto no prueba que mi hipótesis sea cierta, pero si demuestra que escuchar música muchas veces puede causar que nuestra mente emprenda un viaje interior que  nos conduce aun ligero aislamiento de lo que ocurre a nuestro alrededor. Poder entrar en ese estado, liberar nuestra mente por unos segundos o minutos de todo lo que nos rodea, de la vorágine que nos persigue diariamente, del transito, de los problemas de los pasajeros, de los gritos de las personas, del mal humor del chofer… y de tantas cosas más, evidentemente tiene que ser algo positivo!

No es sano distanciarnos de todo lo que es ajeno a nosotros pero seguramente poder separar unos minutos del día para nosotros y vagar sólo por nuestro camino interior… transportarnos con la música más allá de todo es un buen remedio para continuar viviendo.

Creo que después de este análisis que fui haciendo a lo largo de estas líneas junto a ustedes… puedo decirles que mañana voy a viajar escuchando música ( y bueno… ya me tenté!) y que en mi opinión es una buena práctica que todos podríamos hacer de vez en cuando!

Me despido por hoy… pero no sin antes decirles que la música no es el único recurso que tenemos para lograr sumergirnos en nuestra vida interior… de hecho hay un recurso que inevitablemente nos lleva mucho más allá de lo que imaginamos… los sueños… pero ese es un capitulo aparte…

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