Lugares abandonados.

Hay miles de lugares alrededor del mundo abandonados por razones económicas, sociales, políticas o por desastres naturales.

Oficinas, pueblos, campanarios. Veamos algunos:

 

Un campanario sumergido: lago de Resia, Italia.

En Resia había dos grandes lagos naturales, el lago de Resia y el lago de Curon, pero en 1940 se decidió crear un único lago artificial de gran tamaño que los uniera. Para crearlo se inundó el pueblo de Graun y hoy lo único que se puede ver es el campanario de la iglesia, al que se puede llegar a pie cuando, en invierno, el lago se congela.

Un «bosque flotante»: SS Ayrfield, Sydney:

En  Homebush Bay, una de las bahías de la desembocadura del rió Parramatta, en Sydney, Australia, casi todos los buques abandonados fueron removidos en el año 2000 por  el alto grado de contaminación producto de la actividad industrial y de los depósitos de óxido generados por la corrosión.  Pero el SS Ayrfield fue enviado a este «cementerio marítimo» cuando se «jubiló» en 1972 y hoy es una de las atracciones del lugar, ya que se convirtió en un bosque flotante, un ecosistema lleno de diversas especies.

 

Humberstone, Norte del desierto de Atacama, Chile.

Son dos antiguas oficinas salitreras, Santiago Humberstone & Santa Laura, actualmente  administradas por la Corporación Museo del Salitre y declaradas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Llamada originalmente La Palma, fue construida en 1872 por la Peruvian Nitrate Company, dedicadas a la explotación del mineral de salitre. Pasó por diversos dueños y con la Gran Depresión de 1929 se paralizaron las tareas; se reanudaron en 1934 y desde entonces y hasta 1940 la Oficina Salitrera Humberstone alcanzó su máximo desarrollo, llegando a albergar una población de 3.700 habitantes.

 

Un pueblo: Balestrino, Italia

El origen de este pequeño pueblo a 70 km de Génova, se remonta a los siglos XI y XII, momento en que sus propietarios eran los monjes benedictinos de la Abadia de San Pietro dei Monti.  Con el paso de los siglos, alrededor de la iglesia parroquial en la parte baja (la de San Andrés) y un palacio señorial en la parte más alta, se construirían las casas; a mediados del siglo XIX, se censaron casi 900 habitantes.

La gente comenzó a irse de Balestrino “vecchio” (el viejo Balestrino) cuando un teremoto en 1887 destruyó las estructuras. En 1953 ya estaba completamente deshabitado.

Una mansión:  Castillo de Egaña, en el Partido de Rauch, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

Construido  por Eugenio Díaz Vélez entre 1918 y 1930, tenía 77 ambientes, 14 baños, 2 cocinas, galerías, patios, taller de carpintería, terraza, mirador y balcones.

El día de la inauguración, mientras los invitados esperaban la llegada dueño de casa, se les avisó que éste había fallecido en Buenos Aires. La casa estuvo cerrada durante 30 años, ya que la única hija y heredera, nunca mas volvió al lugar y fue convertido en un reformatorio; hacia mediados de la década de 1970 lo abandonaron por completo.

 

Un castillo: Castillo Miranda, Bélgica.

Es un castillo neogótico del siglo XIX en Celles, Provincia de Namur, Bélgica, en la región de las Ardenas.

La familia Liedekerke-Beaufort abandonó su residencia, el Castillo de Vêves, durante la Revolución Francesa y se instalaron en una granja vecina esperando que pasara la revolución. Tan pronto como pasó el peligro, en 1866 comenzaron la construcción del castillo y lo habitaron hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la Compañía del Ferrocarril Nacional de Bélgica se hizo cargo y lo transformó en un orfanato. Ha estado vacío desde 1991.

Un campamento minero: Bodie, California.

Creció desde la mitad de 1877; para 1879, tenía entre 5.000 y 7.000 habitantes y unos 2.000 edificios.  En 1910 había 698 personas y cuando la oficina de correos cerró en 1942 y Bodie se fue despoblando hasta convertirse en una ciudad fantasma.

 

Una isla: Hashima, Japón.

Durante la revolución industrial japonesa la compañía Mitsubishi construyó una ciudad en torno a grandes depósitos de carbón. Esta isla, cuya superficie no es mucho mas grande que un campo de fútbol, llegó a tener más de cinco mil habitantes, todos trabajadores del carbón y sus familias. La compañía cerró sus operaciones en 1974 y desde entonces, la isla está completamente deshabitada.

En 2009 se abrió a los turistas.

 

Un pueblo en una colina: Craco, Matera, Italia.

Los orígenes de Craco, un pueblo en la cima de una colina que domina el valle Cavone, se remontan al siglo VIII a.C. En 1963 hubo un terremoto que destruyó gran parte del lugar y los habitantes comenzaron a mudarse a otras ciudades.

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