Sor Maria Juana

(NA)- Una monja fue demorada por la Policía en el ingreso a la unidad carcelaria número 11 de Neuquén, luego de que descubrieran que entre las cosas que llevaba para los presos, había un pan casero que en su interior tenía marihuana y pastillas de un poderoso psicotrópico, aunque aparentemente la religiosa no tendría relación con el hecho.

Según se indicó, la religiosa, de nacionalidad paraguaya pero que está afincada en Neuquén desde hace varios años, estaría ajena a la maniobra, aunque igualmente se abrió un proceso en su contra para establecer responsabilidades.

El pan con la droga fue entregado en una dependencia religiosa de esta ciudad con el objetivo de que llegara a un interno del penal, según lo señalado en una nota publicada hoy por el diario Río Negro.

El episodio fue descubierto ayer por la tarde, alrededor de las 15:30, cuando la monja llegó en el horario de visitas con el pan y otros elementos. Como es de rutina, la religiosa entregó todos esos elementos a la guardia para que cumplieran con la requisa obligatoria. En ese momento, los guardias detectaron que el pan venía «con relleno» y descubrieron la droga.

Según lo señalado, desde el juzgado federal de Neuquén, el magistrado Guillermo Labate admitió el hecho y mostró su sorpresa por el operativo de transporte de estupefacientes.

Labate descartó que la monja tenga algún tipo de relación con el ilícito y en esa línea indicó que «alguien se aprovechó de la buena voluntad» de la mujer a la que conoce desde hace tiempo.

«Ella misma pidió que la revisen, quizás fue demasiado ingenua porque por lo general todo lo que se recibe para los presos es minuciosamente revisado», afirmó el juez Labate.

Tras identificar y pesar los tres gramos de marihuana y las pastillas de rivotril, el personal de Toxicomanía le dio intervención al Juzgado Federal y la monja debió cumplir con el recorrido legal que implica un caso de este tipo.

En ese sentido, se señaló que la religiosa tuvo que ser fichada y se abrió un proceso en su contra. En fuentes allegadas a la investigación trascendió que el pan y su relleno estaban dirigidos a alguien en particular y que el mismo fue dejado en una dependencia religiosa cercana a la Pastoral del Obispado neuquino.

«Quien hizo esto pensó que por ser monja o por ser cura no van a ser requisados por la policía, pero esto no es así. El trámite deben completarlo todos y, de hecho, frente a este caso hubo que iniciar un proceso donde lo que han logrado es perjudicar a esta mujer que tiene un real compromiso con las personas que están detenidas», agregó una fuente judicial.

Fuente: Infobae

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