SinfonÃa nº 45 de Haydn
La SinfonÃa nº 45 de Haydn (1732-1809) es una de las obras más populares y fascinantes de su autor. Compuesta en 1772 en pleno apogeo del Sturm und Drang la obra combina de manera magistral los registros de lo violento y de lo sensible.
La anécdota de la composición es bastante curiosa. El PrÃncipe Nicolás, patrón de Haydn, residÃa en la época estival en su Palacio de Esterhazy y durante el resto del año en Viena. Los empleados, que no podÃan traer sus familias a Esterhazy – con excepción de Haydn – ardÃan siempre en deseos de regresar a Viena. En 1772, el prÃncipe Nicolás demoraba dÃa a dÃa el regreso a la capital y los empleados estaban desesperados. Pidieron ayuda a Haydn y este decidió componer esta sinfonÃa.
La sinfonÃa está en la lÃnea de sus sinfonÃas Sturm und Drang: tonalidad menor y contrastes extremos. Sin embargo, el final de esta sinfonÃa es único en la historia: después del explosivo allegro final, se presenta un inesperado adagio en el que poco a poco los músicos dejaban de tocar, apagaban la vela del atril, hacÃan una reverencia y salÃan de la sala despidiéndose de su señor. Asà van dejando todos de tocar hasta que la sala quedó vacÃa.
La historia cuenta que cuando se iban ya los últimos dos violines dijo el prÃncipe: “Bueno, si todos se van, igual nosotros también deberÃamos irnosâ€. Y al dÃa siguiente partieron para Viena.